Written by 3:49 pm 13, Investigación

La espiritualidad como anclaje historiográfico en el ejercicio del poder pastoral

El artículo es resultado parcial del proyecto de investigación Institucional titulado: “Historia de las prácticas formativas en el Colegio Marymount- Bogotá (1948-2023)”, en el cual se reflexiona sobre la espiritualidad como base para la fundación de la Congregación del Sagrado Corazón de María y su práctica del servicio auténtico. A través del poder pastoral (Foucault), se analiza la educación c…
0
(0)

La espiritualidad como anclaje historiográfico en el ejercicio del poder pastoral

Algunos trazos de la propuesta de la Congregación del Sagrado Corazón de María (1830-1849)

Escrito por: José Joaquín Romero Basallo – Portugués

Resumen

El artículo es resultado parcial del proyecto de investigación Institucional titulado: “Historia de las prácticas formativas en el Colegio Marymount- Bogotá (1948-2023)”, en el cual se reflexiona sobre la espiritualidad como base para la fundación de la Congregación del Sagrado Corazón de María y su práctica del servicio auténtico. A través del poder pastoral (Foucault), se analiza la educación como control y subjetivación y de este modo, la espiritualidad como una práctica resistencia y adhesión genuina a Jesucristo.


Con total devoción y admiración al Venerable P. Jean Gailhac

 

En este artículo de investigación, se presentará una reflexión relativa a cómo la espiritualidad puede ser entendida como condición de posibilidad, para el análisis de la emergencia la Congregación del Sagrado Corazón de María, y el desdoblamiento de la práctica del servicio como un eje de autenticidad, el cual solo se logra en el encuentro con la Persona de Jesucristo, y no como una forma de activismo sociopolítico. Para este entendido, el eje de análisis es el método genealógico (Foucault, 2022) y derivado de ello, la categoría de problematización es el poder pastoral. El intervalo temporal brevemente esbozado, corresponde a la fundación del refugio del “Buen Pastor hasta la instauración de la “CSHM”[1]. En consonancia con lo anterior, este texto se divide en las siguientes partes, a saber, primera, el poder pastoral y la formación de sujetos; segunda, La CSHM y la figura del P. Jean Gailhac y tercera, perspectivas.

1. El poder pastoral y la formación de sujetos

Vale la pena dejar unos presupuestos de entendimiento expuestos a continuación, los cuales servirán para posicionar de una forma más clara los resultados de esta investigación historiográfica. En primer lugar, cuando se habla de poder pastoral (Romero B, JJ, 2019), se está haciendo referencia exclusivamente a la categoría de análisis desarrollada por el filósofo francés Michel Foucault, por medio de la cual, explica que, existen un conjunto de prácticas discursivas encaminadas a la formación de nuevas formas de actuar:

[…] Es necesario encargarse efectivamente de ella y observarla, de modo que el pastor, a partir de esta vida cotidiana con sus fieles vigilada por él, debe forjar un saber perpetuo que será el saber del comportamiento de la gente y su conducción […] El pastor no debe limitarse a enseñar la verdad. Debe dirigir la conciencia (Foucault,2016, p.215).

En la cita anterior, el pensador francés nos insinúa los siguientes aspectos: el primero, la práctica pastoral, es decir, una de las formas e ejercer el poder [pastoral], se caracteriza por la necesidad de la observación y el conocimiento del grupo el cual le ha sido confiado al pastor; segundo, es importante reconocer que su labor no es solamente pasar verdades, lo cual es importante pero no lo fundamental, siendo lo capital para este caso, tener el pleno conocimiento de cómo ellos actúan y sobre todo, la manera para dirigir la conciencia. Aquí se puede sustraer dos atributos de esta forma ejercicio del poder: la conducta y la conciencia. Por ende, el pastor quien debe tener en su mente y obrar de forma permanente esos dos principios para ponerlos en práctica en los escenarios que actúa.

La figura del pastor, como la expone Foucault, no necesariamente se refiere a un actor religioso, es cualquier persona que ejerza autoridad sobre un grupo y que tenga responsabilidad por la formación de varias de las dimensiones de su vida. Un pastor puede ser un profesor, médico, un guardián un servidor social, etc. En este sentido, en esta disertación el pastorado educativo se debe entender como el ejercicio del poder, por medio del cual, quienes fungen su rol de formadores como profesores, tiene bajo su responsabilidad la tarea de hacer de las infancias y adolescencias sujetos escolares, es decir, configurarlos por medio de una serie de discursos a un ideal de subjetividad conforme a lo definido por la institución.

La figura del pastor, como la expone Foucault, no necesariamente
se refiere a un actor religioso, es cualquier
persona que ejerza autoridad sobre un grupo y que tenga
responsabilidad por la formación de varias de las
dimensiones de su vida.

Por su configuración histórica, el pastor (el profesor) se caracteriza por su capacidad de servicio permanente, amplio y particular conocimiento de cada uno de los miembros de “su rebaño”, su dedicación de cuidado exclusivo y sacrificado de su labor que: “debe tener los ojos puestos sobre todos y sobre cada uno de sus estudiantes, onmes et singulatim” (Foucault, 2016, p.157). Esta podría ser una de las características del administrador de los saberes escolares, quien además de ser el poseedor de un conjunto de nociones sobre las humanidades, ciencias aplicadas, del cuerpo y artes, debe también conocer el funcionamiento de las estructuras del alma de sus estudiantes, o sea, que también es objeto de la práctica pedagógica el conocimiento de los procesos de socialización, aprendizaje y ahora temas de salud mental escolar. Vale la pena mencionar, que en estos días se posicionan una suerte de tensión el saber escolar propio del maestro: el pedagógico que incluye aspectos de la didáctica específica, del currículo y la evaluación en sus diferentes paradigmas históricos que le corresponda atender. Adicionalmente, las prácticas empresariales y de de innovación, ajenas hasta hace poco a la escuela, que, junto a los saberes psicológicos, psiquiátricos y legales ahora se encuentran en disputa con la configuración histórica que ha tenido la administración de la subjetivación y el gobierno escolar hasta ahora (Noguera, 2011).

Esta práctica de subjetivación tiene que ver con aquellos procesos de configuración heredados de la sociedad disciplinaria (Foucault, 2001), caracterizados por las prácticas de vigilancia, organización del tiempo, control de los cuerpos y las espacialidades (Foucault, 2002, p.201). Estas formas de ejercer el poder fueron apropiadas en las diferentes instituciones emergidas en la modernidad: la escuela, los hospitales, auspicios, etc. La sutileza de cómo se controla, redunda en un deseo de resistencia de esa misma fuerza. El poder solo se ejerce de manera libre, sobre personas libres y con total conciencia del escenario en el que se encuentran (Foucault,1991); esto quiere decir, que los sujetos – si quiere – básicos de la educación: estudiantes y profesores, se encuentran en un escenario de aprendizaje en el cual los docentes comunican un saber escolar (lenguas, artes, matemáticas, educación religiosa, ciencias naturales, etc.) y los discentes las aprenden. La resistencia se da, gracias a la condición de posibilidad, en la cual tanto los profesores como los estudiantes, pueden ser lo que son o pueden “performatearse” al aprender o enseñar y cumplir con aquello que le es propio. De todas maneras, en ese cruce quedan indicios de aquello que la institución quiere imprimir en las almas y cuerpos pueriles, del mismo modo, en las formas de pensar y actuar del docente.

El poder solo se ejerce de manera libre, sobre
personas libres y con total conciencia del
escenario en el que se encuentran…

Foucault en su estudio histórico del poder pastoral, que explicita en las clases del “8 de febrero de 1978 a la clase del 8 marzo de 1978” (Foucault, 2016) explica, que si bien, esta es una de las primeras prácticas de poder en el mundo occidental que mejor se ha configurado y ha hecho de nuestra sociedad una matriz cultural común, en la medida que establece unas normas de comportamiento, dominio de la voluntad y del perfilamiento de un tipo de conducta esperada, estas apuestas no se da de forma directa, sino que pasan por una serie de tensiones y resistencias en los sujetos escolares, los cuales pueden distanciarse de ellos, o vivir en micro-resistencias en el plano de lo institucional. Derivado de ello, la hipótesis de trabajo en este texto, es pensar en la posibilidad de ubicar la espiritualidad[2] como una forma de resistencia frente a las formas de gobierno de la modernidad [en sus instituciones] y sus acciones de subjetivación, caracterizadas fundamentalmente por la alienación al conocimiento del alma propia, el impedimento real en la articulación con otras formas de-ser-el-mundo y sobre todo, que impidan gracias a ello, el encuentro auténtico con la persona de Jesucristo resucitado.

2. La CSHM y la figura del P. Jean Gailhac

“May we all have life, and life in abundance.” John 10:10[3]

El Venerable P. Antonie Pierre Jean Gailhac (1802- 1890) es un sacerdote católico decimonónico francés, quien abre su corazón al Espíritu Santo para comprender su momento histórico y funda la Congregación del Sagrado Corazón de María en 1849. El trabajo de Gailhac – como es mencionado tan familiarmente por sus herederas espirituales – se encuentra en un siglo bastante agitado: la consolidación del proyecto liberal de la democracia gálica (Rousseau, 2016), paradigma posterior de las nuevas formas de gobierno en la Europa continental e inspiradora de los procesos emancipatorios, cuestionamientos en torno desigualdad entre los hombres  y la supuesta igualdad entre ellos (Rousseau, 2012, p.207), la consolidación del capitalismo industrial, el afianzamiento de la razón como materia inequívoca de los proyectos del mundo, por supuesto, un amplio intervalo en la consolidación de los Estados nacionales , las formas más específicas de reivindicar los derechos mediante estallidos revolucionarios (Hobsbawm, 2015) y la pérdida del sentido de la consagración por parte de algunos sacerdotes y religiosos que fueron adhiriéndose en cierto sentido a las ideas de la revolución de 1789 (Do Carmo, 1990, p. 13).

“El trabajo de Gailhac – como es mencionado tan familiarmente
por sus herederas espirituales – se encuentra en un siglo bastante
agitado: la consolidación del proyecto liberal de la democracia gálica…”

Es este – grosso modo – el escenario general en el cual se encuentra Gailhac, y comunidades religiosas de los siglos XVIII y XIX, se dedicaron a atender la demanda social que tenían sus respectivas localidades, a saber, Redentoristas (1732): misiones populares; Salesianos (1859): educación popular escolar; Misioneros del Verbo Divino (1875) evangelización en tierras extranjeras; Salesianas (1872): educación de mujeres; Hermanas del Buen Pastor  (1835): trabajo con mujeres en condiciones difíciles[4] y Congregación del Sagrado Corazón de María (1849): promoción de las mujeres en condición de prostitución, la trata de personas, la justicia social y la defensa de los derechos humanos. Su carisma, es decir, la inspiración dada por el Espíritu Santo, lo motivó desde muy joven abrirse a la sensibilidad social de su época, mediante la oración y su arraigo con la Palabra de Dios, logra entender que es necesario lograr la santificación de su ministerio, socorriendo a los más necesitados de Béziers, al sur de Francia, ciudad agitada por guerras, amplias desigualdades vividas por el mercantilismo y un evidente nivel de migraciones.

Junto con St. Jean Pélissier Cure y otras cinco mujeres, fundan el Instituto del Sagrado Corazón de María, atendiendo como la máxima de la espiritualidad – forma auténtica de relacionarse con el resucitado – la perícopa del Evangelio de Juan: “para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), señala la insistencia en la vida como una realidad totalizadora, no refiere a la vida en sentido netamente biológico ni como parte  de las fases de ser humano, su posible entendimiento, versa en una manera que integra todas las dimensiones del ser. Esto podría ser, quizá, una expresión de ruptura frente a todas aquellas estructuras o dinámicas que puedan impedir un conocimiento de sí mismo, y por ende, de la persona de Jesucristo. Tener vida y vida en abundancia, es una invitación a salir del formato de las apariencias, a existir de manera auténtica, de ir quebrando las formas de poder pastoral, que si bien, hacen parte de nuestro esquema cultural, en cierta medida, estas pueden alejar al creyente del rostro de Cristo y lo alienan del mundo circundante en el cual están aquellas personas excluidas, altamente vulnerables por las formas sutiles y pornográficas del neoliberalismo de nuestros días (Han, 2013). Tener vida en abundancia, no es tener acumulación de dinero u objetos de ensalcen las sombras internas de los fetiches personales o modas culturales del momento, implica pues, en la compresión que tiene Gailhac, adherirse a la persona de Jesucristo y al Corazón de María, actuar con el corazón abierto a todos. Esto es tener vida en abundancia, es vivir en la espiritualidad y valores de los fundadores (Amaro, 2020).

Gailhac muestra en su espiritualidad un ejemplo de cómo fue educado en familia, en la cual observa de sus padres acciones tales como darle de “comida a los hambrientos y ropa a los menesterosos […] del mismo modo una creencia profunda en la Inmaculada Concepción y el dogma de la infalibilidad papal” (Do Carmo, 1990, p.16), así como su corazón se forma en la virtud de la templanza al observar la persecución y expulsión del clero hacia Italia por parte de los ejércitos napoleónicos. Estos ejemplos permiten ver que su comprensión y acción del servicio están ligadas al ejemplo dado por sus padres y su capacidad de formar la virtud al estilo de los clásicos grecorromanos, desde el cuidado de sí, la disciplina y el servicio a los demás, máxime que su profunda inspiración y vínculo existencial siempre fue su experiencia con Jesucristo resucitado, en quien encuentra un referente en cada paso de su vida.  Su educación escolar la lleva a cabo en su pueblo, orientada por un sacerdote de la orden de los agustinos recoletos, luego decide hacerse farmacéutico por seis meses y de una desilusión laboral, decide volver a su casa e iniciar su proceso vocacional e ingresar junto con 20 compañeros al Seminario Mayor. Allí recibe la formación en filosofía y teología (exigida a todos los presbíteros desde el Concilio de Trento en 1663), siendo un estudiante avanzado en las áreas de historia de la iglesia y teología bíblica. Allí ejerce con gran soltura su labor de docente por varios años, luego de su ordenación sacerdotal es nombrado capellán, lugar donde realiza una amplia tarea del cuidado de las almas, mediante la orientación espiritual y la evangelización de todas aquellas personas que pasaban por momentos de especial reducción de salud.

En los años 30’s siente la necesidad de abrir un refugio en su ciudad de Béziers, debido a la hambruna de ese año, razón por la cual, las mujeres en especial pierden su empleo y su nivel de precariedad aumenta, producto de una crisis agrícola de la época. Esta fue, seguramente, una manera de cómo Gailhac logra sensibilizar su percepción al Espíritu Santo, quien obra mediante su historia presente, y decide crear un lugar de protección para mujeres y niños ilegítimos que deambulaban por las calles. El apoyo que decide recibir es de otros católicos que apoyan la obra, entregándose completamente a la divina providencia, es decir, rompiendo con estructuras expresadas en el poder pastoral del gobierno municipal vigente. Es aquí, donde la espiritualidad se convierte en una forma de contrapoder-pastoral, y acciona de forma abierta a una suerte de misticismo que solo espera en la gracia de Dios: “Espera en el Señor; esfuérzate y ten ánimo, espera en el Señor” (Sal. 27,14), aludiendo su total confianza a la imagen, que por esos días se hace del “Buen Pastor” en su vida ministerial, nombre que tendría el lugar de refugio de las mujeres más desfavorecidas (Do Carmo, 1990), a la cual llegan religiosas de otras congregaciones para darle una mano con esta nueva labor pastoral.

“…Tener vida en abundancia, no es tener acumulación de dinero
u objetos de ensalcen las sombras internas de
los fetiches personales o modas culturales del momento…

Una de las mujeres comprometidas fue Apollonie Pellisier, quien pierde a su marido luego de diecisiete años de matrimonio, decide ingresar en el nuevo Instituto fundado por Gailhac, demostrando cualidades de líder, carisma y deseo de servicio. Ya el 24 de febrero de 1849, “el obispo aprueba el Instituto y este se convierte en su protector” (Do Carmo, 1990, p. 67), uniéndose a la obra y convirtiéndose en hermanas:  Victorie Eulalie Vidal,  Marie Rose Gibal, Rose Jeant y Cécilie Cambón, tomando como nombre inicial la nueva fundación religiosa: “La orden de las Damas Religiosas del Sagrado Corazón de María”, quienes dejan sus privilegios económicos y deseos de rehacer su intereses individuales, para dedicarse al servicio de las mujeres más necesitas y los huérfanos de su ciudad, movilizadas por el ejemplo dado de Gailhac y su experiencia con el Resucitado. De este modo, se puede observar que la espiritualidad, antes de ser un ejercicio de activismo político o copia a modelos que pueden estar anclados a hegemonías culturales de moda, es sobre todo, una respuesta al encuentro personal y comunitario en la fe cristiana.

3. Perspectivas

En este breve apartado, se quiere principalmente dejar claro que estas últimas líneas no son a modo de conclusión, sino una invitación a pensar la espiritualidad como una manera de resistencia frente a las prácticas discursivas dominantes del poder pastoral que individualizan a los sujetos. De este modo, la propuesta de Gailhac, se puede observar como una alternativa de actuar en estos tiempos, y que nos invita a entender el servicio no como una forma de activismo en sí, ni como un indicador de moda en las estructuras educativas o sociales, sino como un proceso de búsqueda fundamental en la persona de Jesucristo, quien proyecta al servicio como parte de su encuentro con Él y el seguimiento auténtico a su mensaje contenido en el Evangelio, que invita, por gracia del Espíritu Santo, a actuar y a dar la vida por los más desfavorecidos.

En virtud de ello, la espiritualidad resulta una suerte de práctica antipastoral, que conlleva a la adhesión auténtica desde la condición histórica y subjetiva con Dios, grosso modo, implica un reconocimiento de la vivencia de la fe en la acción: “conocer a Dios y hacerlo conocer, amar a Dios y hacerlo amar, proclamar que Jesucristo vino para que todos puedan tener vida” (RSCM Constituciones #7), solo así es posible un auténtico servicio conforme a la espiritualidad según las RSCM, y posiblemente una forma de resistir a las formas del poder pastoral de los tiempos neoliberales de hoy.

[1] Por sus siglas en inglés: Congregation of Secreted Heart of Mary.

[2] Vale la pena aclarar que esta hipótesis de trabajo se deriva de la comprensión de las formas de antipastoralismo y al misticismo expresadas por Foucault (Foucault, 2016, p. 256) llevadas a cabo por los creyentes cristianos para poder cada vez más acercarse a una experiencia con el Señor Jesucristo.

[3] “Que todos tengamos vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). Esta divisa (eslogan) que representa los valores evangélicos de las obras de CSHM y referente de vida de sus participantes. Esta divisa hace parte de forma integral en las constituciones de fundación del Instituto (Constituciones, 1983, No 7).

[4] Adaptación de: ChatGPT, 2025.

 


Bibliografía

Fuentes primarias

  • Biblia de Jerusalén. (2009). Biblia de Jerusalén (5ª ed.). Desclée de Brouwer.
  • Constituciones del Instituto de las Religiosas del Sagrado Corazón de María (1983), Virgen Inmaculada. Roma: RSCM.
  • Constituições do Instituto das Religiosas do Sagrado Coração de Maria, Virgem Imaculada (Roma: RSCM, 1983) n. º 7.
  • Gailhac. J. (1849-1878). Cartas às religiosas do Sagrado coração de Maria. Edições das Religiosas do Sagrado Coração de Maria.
  • Libros de notas (1957-1969) Colegio Marymount de Bogotá. Archivo escolar.

Fuentes secundarias

  • Amaro, F. (2020). Para além do tempo. Editora Ramalhete.
  • Han, B.-C. (2013). La sociedad de la transparencia. Herder Editorial.
  • Do Carmo, R. (1990). Uma caminhada na fé e no tempo. A história das Religiosas do Sagrado Coração de Maria. Gênese do Instituto, seu desenvolvimento com a Madre Saint-Jean (1802-1869). Edições das Religiosas do Sagrado Coração de Maria.
  • Foucault, M. (1991). El sujeto y el poder. Carpe Diem.
  • Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Siglo XXI Editores.
  • Foucault, M. (2016). Seguridad, territorio, población. Fondo de cultura económica.
  • Foucault, M. (2022). Nietzsche, la genealogía, la historia. Pre-textos.
  • Hobsbawm, E. (2015). La era de la revolución (1789-1848). Paidós.
  • Noguera, C. (2011). Pedagogia e governamentalidade ou Da Modernidade como uma sociedade educativa. Autêntica.
  • Romero B, JJ. (2019). Configuración de la misa crioula a mediados del siglo XX, en Viamão, Rio Grande do Sul (Brasil), tesis de maestría no publicada, Universidad Pedagógica Nacional.
  • Romero B, JJ. (2023). Las tecnologías del yo en El Pedagogo de Clemente de Alejandría (156-216 d.C). Editorial Aula de humanidades.
  • Rousseau, J. (2016). Escritos constitucionales [traducido por Antonio Hermosa Adújar]. Tecnos.
  • Rousseau, J. (2012). Discurso sobre las ciencias y las artes. Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres [traducido por Mauro Armiño]. Alianza editorial.

¿Qué tan útil te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Autor

Visited 6 times, 1 visit(s) today
Close Search Window
Close